Ps. Camila Villarroel
Ps. Camila Villarroel
Titulada como Psicóloga Clínica de la Universidad Central, con más de 14 años de experiencia en el campo de la psicoterapia, trabajando con niños, adolescentes y adultos. Cuento con un Diplomado en Psicopatología del Vínculo: Diagnóstico y Tratamiento, otorgado por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Además estoy certificada para la aplicación del Test Psicométrico WISC-V, quinta edición, en CEDETi UC.
A lo largo de mi carrera, he desempeñado funciones como psicóloga en diversos contextos educativos, trabajando bajo el marco de la Ley SEP (Subvención Escolar Preferencial). Además, he participado como expositora y relatora en seminarios de “Parentalidad Positiva, Adicciones y sus Consecuencias” para SENDA, Previene Ñuñoa.
Actualmente me desempeño como psicóloga clínica en la Red del Hospital Clínico de la Universidad de Chile y como Coordinadora Clínica en Centro Avanzar.
Mi enfoque terapéutico está centrado en la psicoterapia sistémica relacional, cognitivo-conductual y psicodinámica.
Uno de mis principales focos como terapeuta es poder acompañar a mis pacientes en sus procesos psicoemocionales, brindándoles no solo contención, herramientas y estrategias, sino también guía para conocerse e identificar sus procesos internos como el manejo de sus emociones y acciones.
Pienso que es fundamental mantener una adecuada salud mental y emocional para poder enfrentar los diversos estresores que constantemente nos rodean, siendo importante tener consciencia de las relaciones vinculares que establecemos con los otros y con las situaciones a las que nos vemos enfrentados en el día a día, lo cual se transforma en un factor protector.
Estoy convencida de que el rol de los terapeutas es esencial para potenciar los recursos, habilidades y fortalezas que muchas veces no logramos identificar o desarrollar, lo que puede dificultar vivir una vida sana y tranquila.
A lo largo de mi trayectoria en el espacio psicoterapéutico, he tenido el privilegio de conocer los diversos mundos internos de mis pacientes, y me siento profundamente agradecida por la confianza que depositan en mí. El ser testigos de las superaciones y avances de quienes nos permiten acompañarlos, es una de las grandes “magias” de nuestra profesión.
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¿Alguna vez te hiciste estas preguntas? … ¡Aquí puedes encontrar las respuestas!
Lo primero es contextualizar cual es la etapa de desarrollo de tu hijo(a). No es lo mismo establecer límites a un niño de 6 que a uno de 14 años, ya que sus intereses y su forma de responder frente a las normas no son iguales. Existen diversas estrategias que puedes aplicar, pero lo más importante es que debes ser consciente de que tus peticiones tienen que ser claras, realistas y flexibles. Explicarles siempre el porqué de la decisión de establecer esa norma y ser acordadas por ambos padres o adultos a cargo para que no se generen desautorizaciones, en especial, frente a los hijos y siempre acentuar lo positivo que tiene la petición que estás comunicando.
Es fundamental entender que nuestras conductas son un ejemplo para nuestros hijos y que cuando perdemos el control, nos alteramos, gritamos estamos dando una respuesta agresiva y no asertiva, donde les estamos enseñando finalmente a resolver y gestionar los problemas desde esa línea. Por tanto si el adulto demuestra autocontrol, calma, habla abiertamente de las emociones en casa, los hijos aprenderán a dar respuestas más adecuadas frente a la rabia o frustración, no solamente en el contexto familiar, sino que en cualquier contexto social.
El lunes 27 de julio de 2020 publicaremos un artículo sobre este tema el que podrás encontrar en nuestra Revista Digital Avanzar Psicología Integral.
Es importante, pero no es imprescindible. Para entrenar las habilidades parentales solo importan las ganas de mejorar y querer aprender nuevos desafíos en la crianza de nuestros hijos. Las familias son múltiples y variadas, ya que existen familias uniparentales, abuelos que se hacen cargo de sus nietos, tutores como representante legal de un niño y/o sencillamente uno de los adultos responsables no puede participar del proceso, lo que no impide que esta terapia pueda tener efectos positivos y que ayuden a mejorar el contexto familiar.