Ps. Verónica Pozo
Ps. Verónica Pozo
Titulada como Psicóloga Clínica de la Universidad Central, con más de 15 años de experiencia profesional en el área de la psicoterapia con adolescentes y adultos. Postítulo en Comunicación y Educación de la Universidad Diego Portales. Mi enfoque clínico está orientado a la psicoterapia sistémico relacional.
Me desempeñé como psicóloga en diversos contextos educativos vulnerables, brindando atención psicológica, realizando evaluaciones clínicas, estimulación individual cognitiva y fortalecimiento de habilidades adaptativas de adolescentes con Necesidades Educativas Especiales (NEE), tales como Discapacidad Intelectual, Trastorno del Espectro Autista, Trastorno de Déficit Atencional, entre otros. Participé en la Academia de Estudios Holísticos Syncronía, realizando psicoterapia para adultos.
Actualmente me desempeño como psicóloga clínica en SPIC, Servicios Profesionales en Investigaciones Clínicas, brindando atención psicológica a pacientes adultos que participan en proyectos de Investigación especializados en salud y en derechos sexuales y reproductivos.
Desde enero de 2021 formo parte del equipo de Avanzar Centro Médico y Psicológico Integral, desempeñándome como psicóloga clínica de adolescentes y adultos.
Mis especialidades son, los Trastornos del Ánimo tales como, Depresión, Trastorno Afectivo Bipolar, Distimia, Ciclotimia, entre otros; y los Trastornos de Ansiedad, tales como, Trastorno de Ansiedad Generalizada y Trastorno de Pánico.
Aplico también la Escala Wechsler de Inteligencia para Adultos, Cuarta Edición (WAIS-IV), que permite evaluar el Coeficiente Intelectual de los adultos, así como también comprender el perfil de sus distintas funciones cognitivas.
Mi principal desafío como terapeuta es guiar a mis pacientes a que logren identificar, comprender, expresar y manejar sus emociones, potenciando sus recursos personales brindándoles estrategias para acompañar sus procesos de desarrollo personal.
Esta era, marcada por los constantes cambios que enfrentamos a diario, nos exige una gran adaptabilidad, lo que conlleva al cuidado permanente de la salud mental y emocional, siendo la psicoterapia un proceso único de aprendizaje mutuo entre el paciente y el terapeuta.
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Es muy común confundirlas ya que se relacionan pero no son lo mismo. La tristeza, es una emoción básica y natural que se manifiesta cuando se produce la pérdida de algo importante. En cambio, la depresión es un trastorno del ánimo que se caracteriza, entre otros síntomas, por una emoción de tristeza intensa que perdura en el tiempo, que puede generar apatía, irritabilidad, cansancio, culpa, autopercepción negativa y del futuro, fluctuaciones en el apetito, insomnio, disminución del deseo sexual, etc. Es habitual que la persona depresiva desconozca el motivo de su tristeza ya que suele ser más intensa y duradera en el tiempo.
En la gran mayoría de los casos, lo más efectivo es recibir tratamiento psiquiátrico junto con psicoterapia. Generalmente, como tratamiento farmacológico se utilizan antidepresivos, ansiolíticos, entre otros medicamentos. Con la psicoterapia, el paciente va a recibir confianza, comprensión y apoyo emocional. El objetivo es corregir pensamientos negativos, explicar que puede ser de carácter temporal y así generar superación. Además, se consigue la participación del paciente en el proceso curativo y se enseña a prevenir las posibles recaídas. Es necesario pedir ayuda si uno nota que está perdiendo la calidad de vida y bienestar.
Estando encerrados, los días parecen iguales y es normal irse a dormir con la sensación de que mañana va a ser lo mismo otra vez. Por lo tanto, conviene seguir rutinas que nos ayuden a tener orden y sentirnos ocupados; hacer los días más llevaderos. En concreto, movernos, intentar exponernos al sol, hacer ejercicio, ocio creativo como pintar, leer o bailar y fundamental, mantener contacto diario con familia y amigos. También es importante encontrar espacios para nosotros mismos, desconectarnos y tener nuestro pequeño momento de introspección no pensando en fechas de término sino viviendo el día a día.